Con el cambio de hoja del calendario y el inicio de un nuevo Año (y, en este caso, una nueva década) anualmente se produce el mismo fenómeno: todos realizamos promesas y nos marcamos objetivos para el año que comienza. En algunos casos, se trata de metas personales. En otros, de retos profesionales. A veces, simplemente, se trata de cumplir la rutina de rellenar una hoja indicada por la dirección de nuestra empresa, con unos compromisos que, de cumplirse, supondrán un extra en nuestra remuneración.
Por eso, este primer post del año quiero dedicarlo a sugeriros algunos propósitos para el Año Nuevo, que son los míos, y que contribuyan a mejorar vuestra efectividad personal y profesional (y, espero también, los de vuestra organización):
- Ser optimista: cuando todos los mensajes que recibimos a diario nos bombardean con sensaciones pesimistas (crisis, crisis y más crisis), intentemos ver la botella medio llena y no medio vacía. Si creemos en nosotros y en nuestra capacidad de superar la situación, saldremos adelante.
- Ser proactivo: como dijo J.F.Kennedy, pensemos en que podemos hacer por nuestro país (y por nosotros) y no en lo que nuestro país (y nuestros gobernantes) pueden hacer por nosotros. Eso supone una importante dosis de autoconfianza.
- Ser respetuoso con los demás: practiquemos la escucha activa, intentemos ponernos en la piel del que no piensa como nosotros, comprender sus motivaciones. Con ello no pensaremos igual que ellos, pero seguramente los trataremos mejor (y sabremos como hacer frente a nuestras diferencias de una manera más positiva).
- Poner el corazón en todo lo que hagáis, sed entusiastas. Sólo así se consiguen alcanzar las metas que uno se propone.
- Ser sinceros: ese refrán que dice más vale una vez colorado que ciento amarillo no deja de ser un consejo muy valioso, que de seguirlo nos ahorrarás muchas decepciones.
- Practicad las "virtudes cardinales". Ahora que nuestros responsables educativos parece que empiezan a darse cuenta de los errores cometidos en el sacrosanto nombre de la Ciencia y la Tecnología, y comienzan a valorar de nuevo la importancia de las Humanidades en la educación de una persona, es bueno recordar a Platón, quien en "La República" enumeró dichas virtudes: Prudencia, Fortaleza, Templanza y Justicia.
Y, sobre todo, sed felices. Como dijo Tolstoi, "El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace". Feliz 2010 para todos.
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