Chuletas

¿Qué es una chuleta? Probad a teclear esta frase en Google (o solamente la palabra Chuleta). Si alguno cree que entre los resultados aparecerá algo a lo que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua define como tal en primer lugar ("Costilla con carne de animal vacuno, lanar, porcino, etc."), se llevará una desagradable sorpresa. La lista (al menos en su 10 primeras entradas) está compuesta única y exclusivamente por webs dedicadas al "arte" de (y uso literalmente lo que dice una de las primeras webs que aparece en el listado) "copiar en los exámenes y aprobar sin dar un palo al agua".

Hago esta reflexión acerca del revuelo que se ha formado en las últimas semanas al hilo de la normativa aprobada (y luego retirada) por la Universidad de Sevilla en relación a los estudiantes que fueran cogidos en flagrante delito (o sea, copiando en medio de una examen) y su "derecho" a continuar el examen hasta el final, a fin de salvaguardar su derecho a la inocencia: Nadie es culpable hasta que se pruebe lo contrario.

No voy a entrar a valorar la normativa en sí, ya que ha hecho correr ríos de tinta hasta su retirada, pero sí me gustaría utilizar la misma para hacer una pequeña reflexión al hilo de la polémica. Se supone que uno de los fines de la Universidad es formar a los futuros profesionales, proporcionar la "materia prima" a las empresas. Y en los últimos tiempos se está realizando un importante esfuerzo por adaptarse a las necesidades del mercado laboral, intentando superar la tradicional crítica a la Universidad por parte de los empresarios de que allí hay "mucha teoría y poca práctica". Y, sin embargo, en toda esta polémica apenas ha habido referencias a las consecuencias futuras de este tipo de prácticas. Imaginemos por un momento que un estudiante, gracias a su manejo de las "técnicas" y el arte de la "chuleta" consigue su propósito y se gradúa con todos los honores. Gracias a su brillante expediente académico, una multinacional de gran renombre decide contratarle y darle responsabilidades e, inevitablemente, se presente el primer problema con un cliente: ¿Qué hará nuestro antiguo estudiante y ahora profesional en este caso? ¿Sacará una chuleta, donde le diga cómo proceder? ¿Mirará de reojo al despacho de al lado, a ver si puede "copiar" la solución de unos de sus compañeros?

Evidentemente, estoy exagerando, pero creo que he puesto en el dedo en la llaga (en una de las llagas) de nuestra Universidad: las empresas demandan profesionales que aporten a la misma no solo conocimientos, sino también valores, aptitudes y competencias directivas. Y evidentemente, un alumno que copia, demuestra que sus valores, aptitudes y competencias directivas no son las más adecuadas para el mundo profesional. Solamente por esto, y sin entrar en otras consideraciones de tipo moral o ético, ya merecería la reprobación de la Universidad. Es más, aun a riesgo de no ser políticamente correcto, creo que en este caso no cabe ni el beneficio de la duda.

En definitiva, en mi opinión la Universidad tiene aun una importante reforma que realizar, y es la de la introducción de criterios éticos y deontológicos en sus Planes de estudio, criterios que no tienen por qué tener relación con ninguna religión o ideología. Y las únicas chuletas de las que se debe hablar en el Campus son de las de cordero o las de ternera. Porque solo formando profesionales honestos podrá alcanzar algún día la plena consecución de sus fines. En caso contrario, formará grandes técnicos pero pequeño profesionales.

Comentarios

  1. Recuerdo en primero de carrera, antes de empezar el primer parcial de Romano, dijo Fernández de Buján: "no me gustaría que nadie de Uds. copiara, porque si no lo pillo le estaré poniendo más nota de la que se merece, luego estaré faltando a la justicia, y si alguno de Uds. no cree en la Justicia, aún está a tiempo de cambiar de carrera"". Estuve a punto de ponerme de pie y aplaudirle.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario