Adaptar el lenguaje

Llevo unas semanas en las que me está tocando trabajar directamente con empresarios que se encuentran dentro de lo que los expertos vienen a llamar "economía real". O sea, esas "pequeñas empresas" (lo pongo entre comillas porque me resisto a llamar pequeña a una empresa con más de 80 trabajadores), desconocidas para la mayoría, y que sin embargo constituyen más del 90% de nuestro tejido empresarial (con todo lo que ello conlleva en términos de empleo, PIB, etc.). Dicho de otra forma, con empresarios como los que están sosteniendo este país.

La vía que nos ha llevado a trabajar con ellos es la Innovación / Competitividad. Es a lo que se han "agarrado" para pedir ayuda. Pero sin embargo, cuando llega la hora de sentarse con ellos y hablar de sus problemas "reales", los que les quitan el sueño, los que les impiden crecer o les que les pueden llevar a la ruina, la terminología cambia radicalmente. Dejamos de hablar de Innovación, de Competitividad, de I+D+i, de Sostenibilidad, Transferencia de Conocimiento o Economía (sea "verde" o "digital"). Y empezamos a hablar de la competencia, los clientes, la tesorería, el marketing, el negocio....

Curiosamente, la semana pasada se presentó, a bombo y platillo, la denominada Estrategia Estatal de Innovación (e2i). En todas las notas relacionadas con la misma, están presentes todos los términos que antes mencionaba que se "dejan de utilizar" al hablar con el empresario. Y sin embargo, no aparece ninguno de los "suyos". Luego, nos extrañaremos de que el empresario no haga uso de esas ayudas o de que el resultado no sea el esperado. O nos quejaremos de que la Innovación es liderada por el sector público y no por el sector privado. Pero mientras, nuestros políticos siguen recreándose en el lenguaje y brillan por su ausencia los esfuerzos por adaptarse al lenguaje del empresario.

No cabe duda de que la clave de la supervivencia de nuestras pequeñas empresas está en su capacidad competitiva, y que ésta depende en gran medida de su potencial innovador. Tampoco seré de los que nieguen que la economía del futuro será digital y sostenible. Pero... ¿os imaginais la cara de un niño de 5 años si le explicáramos el Teorema de Pitágoras para justificar que debe aprender a sumar y restar? O adaptamos nuestro lenguaje o la gran mayoría de nuestras empresas nos mirarán con la misma cara de ese niño.

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Comentarios

  1. Joaquín

    Tu observación es real en la gran mayoría de los casos. Me pregunto si se trata de uso de un lenguaje característico o del foco que esta poniendo en su empresa.
    Se me ocurre, que los empresarios está en general dedicados en un altísimo porcentaje al presente, más en tiempos de crisis, y le dedican poco al futuro.
    Y no me estoy refiriendo precisamente al uso de las palabras, sino a que con las palabras el empresario construye su realidad (como todos). que su realidad es día a día.
    En nuestro trabajo en Clusters, nos ocurre cuestiones similares. Cuanto más crisis hay más pensamiento en el presente hay, y más tesorería, caja, conservar clientes, etc hay en su lenguaje. Y cuando los negocios están mejores, más "¿que ideas nuevas puedo tener y llevar adelante?" aparecen.
    De allí que la pregunta que vos te hacés me parece muy pertinente en el sentido de si e2ies una estrategia válida. ¿Puede eso cambiar el mix de innovación sector público - sector privado?
    Ultimamente pienso la innovación como un viaje, desde la realidad actual de un empresario (definida por sus palabras) a una realidad distinta alcanzable por él. Y que en ese viaje el empresario llena una valija con lo que sabe (su tesorería, su caja, sus clientes) y eso lo hace fuerte y le va agregando nuevas herramientas (si se quiere nuevas palabras y sentidos). A veces el viaje lo hace con un esfuerzo sólo, a veces con una compañia individual (un asesor), a veces en grupos (otras empresas del sector o todo el cluster).
    Y tratando de ser breve, es probable que las instituciones también se aferren a sus palabras, que creen que son nuevas, pero están enraizadas en paradigmas del tipo, lo que yo digo es racional y por lo tanto debe ser de esa manera. En paradigma de la estatua, por llamarlo de alguna manera.
    Por eso creo, que cuando decís, adaptamos nuestro lenguaje. Diría si, pero en un esfuerzo conjunto y no en relaciones empresa - asesor, sino en una relación más abarcativa empresas - empresas, empresas - asesores, empresas - gobierno, empresas - universidades, etc.

    Adrián Nuñez

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  2. En ese esfuerzo conjunto es precisamente donde yo quería poner el foco, ya que en muchas ocasiones las empresas, que deberían ser los agentes reales de la Innovación (puestos que son los que llevan la misma a la economía real y la "convierten" en puestos de trabajo, PIB, etc.) se quedan fuera del "sistema" y es a los únicos que no se escucha ni se tiene en cuenta (algo así como el despotismo ilustrado del siglo XXI, "todo para el pueblo pero sin el pueblo"). El lenguaje, simplemente, es una consecuencia de ello.

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