Educación para la Co-Ompetición

"Tenemos que innovar en la cooperación entre las empresas para conseguir que se creen nuevos productos que aumenten la productividad y la competitividad de la economía", "Apostamos por la diversificación, la internacionalización y la cooperación empresarial", "La colaboración entre las empresas y con las administraciones permite el crecimiento de los mercados, el desarrollo empresarial y el crecimiento económico y del empleo". Estas tres frases corresponden a un líder empresarial, un representante sindical y un político. Por una vez, parece que todos están de acuerdo. La cooperación entre las empresas es cada vez más necesaria y se convierte en una de las herramientas clave para la competitividad (por no decir la supervivencia), especialmente en el caso de las empresas de reducida dimensión, o sea, nuestras queridas PYMES.

Y sin embargo, no conseguimos que la colaboración entre empresas termine de funcionar en nuestro país. ¿Por qué? En mi opinión porque ni cultural ni psicológicamente estamos preparados para ellos. Hemos sido educados (aunque sea duro leerlo) en el individualismo y en la desconfianza, en recelar del otro. Refranes como "Dios mío, guardáme de mis amigos, que de mis enemigos ya me guardaré yo" o expresiones como "¡Cuidado con la cartera!" forman parte de nuestra cultura popular, y no están ahí por casualidad. Y cooperar significa confiar, abrirse, compartir conocimiento y, sobre todo, SER GENEROSO. Significa también que todos ganan, no Gano yo primero y luego los demás, que es lo casi siempre se piensa (aunque no se dice). Significar dar para recibir (y no sólo recibir). En definitiva, conlleva una actitud y una forma de entender los negocios a la que muchos de nuestros empresarios no están acostumbrados. Por tanto, quizás la solución pase por dejar de "formar" tanto a nuestros empresarios en Cooperación Empresarial y pasar a "educarles". Con todo lo que ello conlleva....

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