Tabúes

Estamos en la era de lo "políticamente correcto". Una expresión que hasta hace unos años nos era desconocido, y que poco a poco se ha ido instalando en nuestro lenguaje... y en nuestros usos. Ahora, cuando algo se piensa que puede resultar inconveniente o incomodar a quien lo escucha, se evita por no resultar "políticamente correcto". O, a sensu contrario, se usa esta expresión para advertir que lo que se va a decir no va a gustar o va a resultar molesto para mucha gente.

Bien, pues hoy he decidido ser "políticamente incorrecto", llevado por la situación económica y empresarial. Parece que la crisis ha tocado fondo, pero no que vayamos a remontar o salir de ese fondo en el que nos hemos instalado. Hay carencia de ideas y de propuestas novedosas o ilusionantes que nos hagan ver la luz al final del túnel. Se requiere ser innovador. Y todos los que trabajamos con la innovación, sabemos que un elemento fundamental de ésta es la creatividad. Por tanto, hoy propongo utilizar una de las técnicas más habituales en creatividad, que es es romper esquemas, plantearse lo implanteable como herramientas que nos haga reflexionar sobre los problemas que nos afectan y nos ayude a buscar soluciones innovadoras. Así que voy a proponer una serie de preguntas, que en la época actual parece que se considerarían "políticamente incorrectas".

  • En un mundo y una economía globalizada, ¿es compatible el tener una jornada de trabajo de 35 o 40 h. con la productividad y la competitividad?
  • ¿Sólo se concilia vida personal y laboral trabajando por la mañana? O dicho de otra manera, ¿si se trabaja 7 horas consecutivas, tiene que ser siempre de 8 a 3?
  • ¿Hasta qué punto es ético que sectores de la economía no rentables sigan subsidiados por el Estado cuando se están recortando gastos de manera generalizada?
  • Si una empresa en dificultades puede realizar un ERE, ¿por qué una Administración en dificultades no puede hacerlo?
  • ¿Es razonable que en un país donde la Economía sumergida tiene tanto peso - si las cifras de parados fueran reales, habría estallado ya una revolución social- y dónde la evasión fiscal -no la de las grandes fortunas, sino la del ama de casa que acepta una factura sin IVA- están socialmente bien considerada, se recurra a "papá Estado" cuando se está en dificultades? ¿Para cuando "Educación Fiscal"?
  • ¿Cuando los cargos públicos dedicarán su esfuerzo a gestionar organizaciones y no a gestionar presupuestos? ¿Y cuándo se enterarán para gestionar en beneficio de todos y no sólo de los intereses de su partido?
  • ¿Por qué le tienen los políticos tanto miedo a la democracia directa, al estilo de EE.UU. o Suiza?
  • ¿Cuando perderá la sociedad civil el miedo a decir en voz alta que vivimos en una partitocracia, no en una democracia? Dicho de otra manera, cuando votamos, no votamos realmente a que personas nos va a gobernar sino al partido político.
  • ¿Dirá alguna vez alguien que quien nos puede sacar de la crisis es quien cree puestos de trabajo y que los puestos de trabajo los deben crear las empresas y los empresarios, no la Administración (que debe limitarse a proporcionar el marco legal adecuado)?
Podría seguir (y de hecho, animo a quien quiere aportar más "tabúes" lo haga en los comentarios), pero creo que es suficiente para que captéis la idea.

Y no quiero terminar sin aclarar que estas preguntas no tienen por qué tener una respuesta afirmativa, pero sí creo que deben hacernos reflexionar seriamente sobre hacia donde llevamos nuestras empresas. Lo que antes era "Tabú" ahora es "políticamente incorrecto". Y el tabú ha tenido siempre un componente de miedo, que es el principal freno a la innovación. Aunque sea políticamente incorrecto recordarlo.

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