Innovación y monetarización

La semana pasada tuvimos la oportunidad de mantener una interesante reunión de trabajo con uno de nuestros clientes. Se trataba de ayudarles en la definición de una nueva línea de productos, que estan pensando en poner en el mercado. Aparentemente, se trataba de una buena idea,  con potencial en el mercado. Pero la clave estaba en la pregunta "maldita": ¿Cuanto están dispuestos a pagar tus clientes o tus futuros clientes por tu idea? La conclusión es que, en la situación actual, las prioridades de las personas eran otras, y aunque existe la necesidad, casi nadie iba a estar dispuesto a pagar porque un tercero se la cubriera.

Esta pregunta, sencilla de formular, no siempre es fácil de contestar. De hecho, es la pregunta clave para muchas empresas en la actualidad y la causa del fracaso de muchos emprendedores. La creatividad y la innovación son importantes: permiten detectar necesidades y posibilitan que se diseñen productos o servicios que hagan frente a las mismas. Pero cuando se trata de monetarizar estos productos y servicios es cuando nos encontramos con la dificultad. Porque el precio no es aquel que permita cubrir nuestros costes internos y, además, proporcionarnos un margen (como muchas veces se calcula, erroneamente), sino el que los clientes están dispuestos a pagar. Y muchas veces, éste es inferior al necesario para que la empresa funcione, lo que hace que sea inviable.

Por tanto, la "fórmula" de la Innovación debe incluir siempre este concepto de monetarización (frecuentemente olvidado, especialmente por la innovación "subvencionada" o impulsada desde lo público) si queremos que "funcione.

Comentarios