Crisis de Decencia

Dice Leopoldo Abadía (al cual supongo todos conoceréis por su libro y sus intervenciones televisabas sobre la crisis "Ninja") que esta crisis no es una crisis económica sino una crisis de decencia. No puedo estar más de acuerdo con él: si "escarbamos" un poco en los orígenes de la misma, veremos que el lucro desmedido, el intentar enriquecerse sin pegar un palo al agua (la especulación financiera o la burbuja inmobiliaria no es más que esto), la falta de vocación de servicio público de nuestros dirigentes… todo ello ha supuesto el caldo de cultivo que nos ha llevado a donde estamos.

Y yo añadiría al comentario de D.Leopoldo, que mientras que no vuelva la decencia (o sea, la honestidad, el reconocimiento del logro, las ganas de trabajar duro, la honestidad…) no se resolverá esto. Por desgracia, veo a mi alrededor (y hablo ahora ya a nivel micro, no macro) como la crisis de decencia va a tardar en arreglarse: la situación ha hecho caer a muchos en la desesperación, los nervios, etc., y adoptan comportamientos poco éticos con tal de "arañar" un poco de negocio: todo vale con tal de lograr un 1% más de facturación y de margen, la palabra dada pierde su valor y el codazo al de al lado (del que un segundo antes ibas de la mano) esta a la orden del día. ¿Realmente les merece la pena?

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