Yo no...

Esta semana he tenido la oportunidad de impartir un seminario sobre Flexibilidad y Gestión del Cambio. Antes de comenzar con la impartición del mismo, le pregunté a los asistentes por el motivo por el cual asistían al mismo.Todos coincidieron en que estaban allí porque su superior inmediato o los consultores se lo habían recomendado. Pero lo curioso es que muchos de ellos completaban la afirmación diciendo que no entendían por qué...

Lo gracioso es que luego, según íbamos haciendo dinámicas, algunos mostraban actitudes digamos que "poco flexibles". Quizás la que más me llamó la atención fue la de una de ellas que decía que estaba muy satisfecha con la percepción que tenían los demás de ella y, por tanto, no sabía muy bien qué cambiar. Los "inflexibles" eran los demás, no ella.

Os cuento esta anécdota porque hablamos mucho del cambio, de la necesidad de gestionarlo, de como impactado nuestras días,... pero muchas veces no somos capaces de asumir que el verdadero cambio empieza por asumir esa necesidad de cambio continuo, y reconocer que SIEMPRE hay cosas y aspectos de nuestra vida que pueden (y deben) mejorar. Este es siempre el primer paso y exige un importante ejercicio de autocrítica, que debemos estar dispuestos a hacer. Si no, todo lo demás será pura retórica.

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